jueves, 8 de diciembre de 2005

Puerto Varas ¿Cómo crecer?

La ciudad de las flores se caracteriza por su espectacular belleza del entorno natural en que se emplaza; de gente amable; a escala humana y caminable; amplio equipamiento; diversidad de bienes y servicios, en suma una serie de cualidades de larga enumeración, para una ciudad de tan solo 20.000 habitantes en el sector urbano que la hace tan querida para sus moradores y atractiva para los foráneos, seguramente una de las ciudades con mejor calidad de vida de Chile.

No obstante hoy en día muchas ciudades pequeñas tienen los problemas de las grandes urbes, y aquí Puerto Varas no se escapa, en los últimos años ha comenzado una lenta y paulatina transformación donde surge esa manía de imitar mal a otros, como por ejemplo una ciudad con cultura peatonal, pero se llena de semáforos, rejas y solerillas de demarcación para favorecer el auto. Con esto comenzaron los bocinazos, la preferencia del conductor y la congestión vehicular.

Una ciudad con cultura paisajística, pero que ha reemplazado los árboles con podas mutiladoras y llenado de cables aéreos, de postaciones, letreros gigantes y luminosos. Con esto desaparece la floración primaveral y otros regalos de la naturaleza a cambio del “cachureo urbano”.

Una ciudad con cultura ambiental, pero se han instalado edificios en el borde lago destinando la playa para estacionamientos y otros en lugares estratégicos, que logran virtuosamente tapar las mejores vistas del entorno.

Una ciudad con cultura urbana. Ha transformado parte de su paisaje natural en el paraíso para la especulación inmobiliaria, favoreciendo grandes poblaciones de “casas aisladas” todas iguales, aumentando la densidad e intensidad de uso en forma exponencial para la capacidad de una ciudad pequeña como Puerto Varas.

Es mejor no seguir el análisis urbano, es indudable que hay cosas buenas realizadas y avance social, pero esto es una reflexión personal y profesional que también preocupa a mucha gente de la ciudad, porque Puerto Varas puede perder al corto plazo su calidad residencial y su objetivo de Capital de Turismo del Sur.

Pero hay propuestas y ejemplos señeros, como una regulación de las densidades poblacionales (ej. Algunas comunas de la precordillera en Santiago); Regulación de vistas (ej. Reñaca, Valparaíso en ejecución); regulación del mobiliario y publicidad comercial (ej. La Serena). Manejo adecuado del aseo y ornato (ej. Providencia)

Estas ordenanzas y recomendaciones pueden adelantarse al Plan Regulador de la Ciudad de Puerto Varas en ejecución, cuyas tramitaciones son muy lentas.

Arqto. Lorenzo Berg

2 comentarios:

  1. Anónimo9/12/05

    La falta de armonia responde a una mala ocupación del territorio en forma reiterada, primero fueron las parcelas en todo el territorio aledaño al radio urbano de la ciudad, esto generó una amplia ocupación de suelo con baja densidad y una vialidad estructurante inexistente sino mas bien la sumatoria de caminos de loteos desconectados entre si, que fueron diseñados por profesionales ajenos a la planificación urbana.

    Luego llegaron las empresas constructoras para hacerse cargo de las áreas urbanas que estaban como campo, para plantear el otro extremo, una alta densidad con una asfixiante ocupación del suelo que en muchos casos supera la subdivisión mínima mediante loteos DFL 2, y esto ha sido posible porque el Plan Regulador de Puerto Varas no regula la densidad, único factor que no puede ser transgredido con este tipo de loteos.

    Existe una tercera opción, que es el uso del espacio aereo, con edificación en altura, por supuesto que bien regulada mediante el instrumento de planificación, donde se puede responder a una alta densidad, pero liberando suelo urbano para destinar a áreas verdes.

    Creo que el crecimiento debe generar una consolidación del espacio urbano y no una saturación de este, que se bebe cuidar la arquitectura patrimonial y construir con esas leyes, que la alta densidad no es mala pues la constructibilidad debe estar de acuerdo al valor del suelo, sino los proyecto no son viables, que se puede incorporar la arborización y el uso del color dentro de las ordenansas locales, que se debe aplicar un criterio propio de la ciudad en torno a las alturas máximas, para incentivar el desarrollo y ocupación de las techumbres, conocida entre los arquitectos como la quinta fachada, y finalmente que si la edificación en altura respeta el patrimonio de la cuidad, es un factor de consolidación de esta.

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  2. También hay que considerar la poca educación ciudadana que hay en los temas relativos al urbanismo y el ordenamiento territorial. La gente casi no concurre a los llamados a debatir sus planes reguladores y qué decir de la falta de conocimiento de las normativas y ordenanzas locales.

    Igualmente sería deseable que nuestras autoridades parlamentarias tuvieran una mayor participación con la comunidad, por una parte, y posteriormente en sus respectivas cámaras, para poder estar atentos al surgimiento de proyectos de leyes tan cuestionables como la que ha permitido crear nuevos centros urbanos al margen de la legislación especialmente diseñada para su control (caso Puerto Varas - El Mirador).

    Finalmente, también quisiéramos que aquellos legisladores que son profesionales del área, como los arquitectos que están en el parlamento, fueran más proactivos ante este tipo de situaciones y que puedan exhibir antecedentes técnicos válidos para ser considerados y ponderados antes de que lleguen a ser leyes de las cuales posteriormente todos sufrimos las consecuencias.

    La participación del Colegio de Arquitectos es un tema aparte, en sí mismo...

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