sábado, 28 de agosto de 2010

Somos la reserva moral de la sociedad


“Somos la reserva moral de la sociedad”

(Obispos de Medellín)

(Gran Logia del Perú)

(Abuelas de la Plaza de Mayo)

(FFAA de Chile, 1973)

(Fidel Castro a los cubanos, 1963)

(Pdte. John F. Kennedy, 1963)

(G. Bush, tras la liberación de Kuwait)

(Osama Bin Laden, tras el 11-S)

En apenas un par de siglos hemos pasado de la era industrial a la era informática. Estando en una era informática, en la cual supuestamente la información tendría un rol determinante, uno supondría que la información es el bien más preciado de la sociedad, el más respetado. Pero no es así. Más que la información, el bien más preciado de nuestra sociedad es la imagen.

De acuerdo a la biología evolucionista, no hay que olvidar que el ojo fue el último órgano en desarrollarse, siendo el órgano más complejo de todos y aún falta mucho por explicar el fenómeno del “ver”, dentro incluso de los propios especialistas. El ojo es una caja misteriosa con conexiones no del todo claras hacia el cerebro y de ahí que nuestra vida humana está más bien ordenada por el ojo, y por ende regida por lo visual, por la imagen.

En la perspectiva de la evolución humana, que tiene alrededor de unos 5 millones de años, podemos decir con toda certeza que estamos viviendo en la época del ojo. O, dicho de otra forma, vivimos en la época de lo visual, de la imagen. En 5 millones de años, los 200 últimos años de la era industrial - informática no representan más que el 0,004 % de toda la historia del hombre. O sea, nada.

Siendo que estamos en la era de la imagen. podemos suscribir la frase de que la imagen lo es todo y, por lo tanto, podríamos añadir que, como consecuencia, la realidad es nada. También ya lo había dicho Platón en su alegoría de la Caverna y más recientemente Magritte con su cuadro “Esto no es una pipa”.

En la Edad del Ojo, la imagen es todo. Por eso no debemos sorprendernos que sea más efectivo parecer que ser. Y es por eso mismo que todas las tribus, grupos, organizaciones, iglesias, sectores sociales y políticos, buscan una imagen que los identifique, una “marca” que los respalde, una “visión” que los inspire, un “imaginario” que los distinga.

¿Quiénes son (o desean ser) reserva moral?: en la búsqueda de influencia sobre la sociedad, la efectividad y la persuasión de la propaganda (llámese evangelización, enseñanza, etc.), debe estar basada en el prestigio. En consecuencia, todos los grupos que desean posicionarse para diseminar sus intereses deben buscar prestigio, y éste viene de la posesión (real o no) de elementos escasos y apreciados, como la moral y la rectitud. En una sociedad en la que escasea la rectitud y abunda la corrupción, la moral es un bien escaso y por lo tanto altamente apreciado.

La exclusividad en cuanto a la posesión de bienes escasos da más prestigio y por ende aumenta la respetabilidad e influencia de los grupos de interés. Es por ello que continuamente surgen centinelas de esto o vigías de aquello, guardianes de lo de acá o celadores de lo de allá.

Tal parece que está muy de moda ser la reserva moral. No está tan de moda, sin embargo, ser moral, o actuar de acuerdo a la moral aceptada, digamos. Obviamente, es más difícil ser que parecer.





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